El eco respondió


Tomada de: https://www.youtube.com/watch?v=YJ6oXmHFue4



A Ivón Fernanda Almonacid Velosa 



      "Esos hombres que se sientan en la barra, que cantan con fuerza y bailan la salsa como si no hubiera un mañana, esos son los dandys de la noche. A Salszburgo también van mujeres solas, que desde la oscuridad de una mesa levantan la voz y los brazos para avalar el desahogo del cantante. Y si alguno de la barra las invita a bailar, se levantan altivas y desbordan la pista.

      Fernando España es el que coloca la música, por su estética al vestir y sus gafas, parece que fuera un profesor de matemáticas y no un consumado melómano. Después de la media noche o un poco más, Fernando deja un pieza sonando para permitirse salir a bailar y gozarse su elección , luego regresa a la concentración de colocar buena salsa y de que todo marche bien. 

       Alguna vez, al poco tiempo de cerrar el establecimiento, una muchacha le pidió 'Amada mía' de Cheo Feliciano a España. Al hacerla sonar, solo una pareja bailó estrechando los ojos, encerrándose en un único cuerpo. Fernando España los celebró con la serenidad del gesto, acaso sabía que ese momento sería la cumbre para siempre regresar a Salszburgo.

       Son pocos los jóvenes, ellos bailan dispersos, pero con efervescencia; en cuanto a los veteranos, saben qué es la prudencia y la clásica intensión de la elegancia. Son los actores de alguna Habana, algún San Juan. También se encuentran los bailarines de academia, ellos inventan fragmentos de coreografías y hasta se permiten corregir los pasos a unos cuantos intrépidos, que les da por bailar salsa como se les antoje. 

       Las damas mueven las caderas de sus penas envejecidas en jeans y camisa holgada, es muy poco contemplar mujeres de lentejuela, carmín de labios y peinado templado. En cuanto a los caballeros, algunos van en playera y tenis, otros con camisa clásica y con zapato de material. 

       Rojos y amarillos, con entornos ébanos para los besos desencadenados después del movimiento. He visto parejas que en el arrebato de 'Aguanilé' de Hector Lavoe se dicen cosas importantes al oído, lo sé porque hay destellos trascendentales en la cercanía. Eso se nota en la piel". 

       Todo esto me lo contó mi hermana como una sombra sonora, esa misma, la mujer que vive dos veces cuando baila y escucha salsa, la curandera, antesala de los asombros que se esconden en la ciudad de Bogotá. 




Estefania Almonacid Velosa.


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